Bajo el lema “Rema mar adentro” damos comienzo a la Cuaresma 2019. Este año la presentamos como un viaje a nuestro interior. El viaje no lo hacemos en cualquier medio de transporte, sino que lo hacemos en barco para simbolizar que no es un viaje en soledad. El barco representa a la Iglesia, donde todos estamos en la misma búsqueda y Jesús siempre está en medio.
Aunque hagamos el viaje juntos, este viaje necesita una implicación personal. Cualquiera que sea la altura del mástil en la que queramos estar, a más altura más perspectiva del horizonte; o el despliegue que queramos dar a la vela de nuestra embarcación. A mayor despliegue, mayor capacidad de recibir el soplo del Espíritu para navegar de manera constante y más rápido hacia el puerto de la Resurrección, de la VIDA.
El viaje, como todos las singladuras, no hay garantía de tranquilidad ya que habrá tempestades, mareas y momentos de calma. Lo único es que tenemos la garantía de que Jesús nos acompaña en esta travesía y estará a nuestro lado, como ha estado desde el principio acompañando a la Iglesia.
Que esta Cuaresma sea el viaje de tu vida. Embárcate y confía.
Excelente reflexion como invitacion de revision y conversion cuaresmal,con la finalidad de iniciar la transformacion de nuestra vida cristiana y fortalecer la Fe Jesus, Dios de vida. Amen
Gracias Álvaro. Un saludo.